Como Independiente, que pierde partidos en los minutos de descuento, Javier Pelourson también se halla signado por definiciones en los momentos previos a la pitada final.
Como todos saben el pergaminense con “poderes”, que fuera convocado por los productores locales para que hiciera llover, en el límite del tiempo por él determinado, “produjo” la caída de una importante cantidad de milímetros de bienvenida agua en nuestro partido.
De cualquier manera los pesitos sampedrinos que debe haberse llevado a Pergamino le han costado bastante sufrimiento, los días pasaban y pasaban y de la lluvia ni noticias. El muchacho andaba como seco de vientre para la misión encargada, hacía fuerza y aparecían nubes, hacía más fuerza todavía y aparecían relámpagos, cerraba los ojos y fruncía… el ceño y se oían truenos, pero agua ni de casualidad. Hasta que casi vencido el plazo el pobre Javier pudo respirar en el asiento delantero izquierdo de su remisse y gritar ¡Eureka!.
Suena increíble pero esta iniciativa de nuestros muchachos del campo nos ha permitido conocer el extraño actuar del tal DIOS, al que se creía en todas partes y a quien no se le pasaba nada. Ahora resulta que, o no vio o permaneció inmutable ante la prolongada sequía que azotó la zona y solo aflojó cuando el humilde vidente contratado se contactó con él y le dijo, no se en qué términos, pero algo así como: “Señor, si me escuchas, por qué no le mandás unos 100 mm . de lluvia a la gente de San Pedro”, y el todopoderoso le cumplió, medio tarde pero le cumplió, y el terrestre se ganó los pesitos convenidos.
A pesar de haber transpirado unos buenos milímetros Peluorson no solo no se achicó sino que, como pan en el agua, se agrandó hasta tal punto que terminó adjudicándose también en un medio colega el tornado de Santa Fe. No imagino quien puede haberle pedido un tornado y para qué, pero supongo que lo debe haber cobrado bastante bien. Sin embargo esto tiene sus riesgos que no se si el mentalista ha merituado, porque si por un exceso hace venir un tornado y encima lo confiesa, se expone a que aquellos que se vean perjudicados por este fenómeno (al tornado me refiero) lo demanden por daños y perjuicios.
Creo que el caso de este mentalista con poderes ha marcado sin dudas un punto de inflexión, al menos en nuestro partido. Esto que ha logrado supongo no quedará ahí y ya nuestros productores deben estar preparándole una larga lista que incluirá desde la desaparición total de las retenciones hasta un calendario de heladas con fecha fija y también, por qué no, cosas que casi rozan lo imposible, como que DIOS, en su magnificencia, disponga algunas mejoras en los misérrimos salarios que percibe la “querida peonada”, como se la calificó en el último acto de rutas 9 y 191. Esto último es, quizás, lo más difícil de todo pero, al estar DIOS de por medio, por ahí se da, que se yo.
Pero dejemos de lado lo sectorial y pensemos en todos nosotros. Sería descabellado pensar en adoptar, comprar el pase o, incluso, secuestrar al pergaminense y traerlo para acá. Con Pelourson (y sus contactos, por supuesto) en San Pedro se podrían lograr cosas maravillosas.
Se imaginan a DIOS haciendo cumplir las promesas de campaña, o diciendo cuánto costó la plaza y la peatonal (esto solo EL, en su grandeza, lo sabe), cumpliéndole el sueño de la “zona franca” a Caoduro, o haciendo juntar a “Los Iracundos” de nuevo pero con Lito Carro.
Te invito, lector de este blog, a que me ayudes por si Pelourson viene y se radica aquí, a sumar los pedidos qué podríamos hacerle por un San Pedro mejor.
Como todos saben el pergaminense con “poderes”, que fuera convocado por los productores locales para que hiciera llover, en el límite del tiempo por él determinado, “produjo” la caída de una importante cantidad de milímetros de bienvenida agua en nuestro partido.
De cualquier manera los pesitos sampedrinos que debe haberse llevado a Pergamino le han costado bastante sufrimiento, los días pasaban y pasaban y de la lluvia ni noticias. El muchacho andaba como seco de vientre para la misión encargada, hacía fuerza y aparecían nubes, hacía más fuerza todavía y aparecían relámpagos, cerraba los ojos y fruncía… el ceño y se oían truenos, pero agua ni de casualidad. Hasta que casi vencido el plazo el pobre Javier pudo respirar en el asiento delantero izquierdo de su remisse y gritar ¡Eureka!.
Suena increíble pero esta iniciativa de nuestros muchachos del campo nos ha permitido conocer el extraño actuar del tal DIOS, al que se creía en todas partes y a quien no se le pasaba nada. Ahora resulta que, o no vio o permaneció inmutable ante la prolongada sequía que azotó la zona y solo aflojó cuando el humilde vidente contratado se contactó con él y le dijo, no se en qué términos, pero algo así como: “Señor, si me escuchas, por qué no le mandás unos 100 mm . de lluvia a la gente de San Pedro”, y el todopoderoso le cumplió, medio tarde pero le cumplió, y el terrestre se ganó los pesitos convenidos.
A pesar de haber transpirado unos buenos milímetros Peluorson no solo no se achicó sino que, como pan en el agua, se agrandó hasta tal punto que terminó adjudicándose también en un medio colega el tornado de Santa Fe. No imagino quien puede haberle pedido un tornado y para qué, pero supongo que lo debe haber cobrado bastante bien. Sin embargo esto tiene sus riesgos que no se si el mentalista ha merituado, porque si por un exceso hace venir un tornado y encima lo confiesa, se expone a que aquellos que se vean perjudicados por este fenómeno (al tornado me refiero) lo demanden por daños y perjuicios.
Creo que el caso de este mentalista con poderes ha marcado sin dudas un punto de inflexión, al menos en nuestro partido. Esto que ha logrado supongo no quedará ahí y ya nuestros productores deben estar preparándole una larga lista que incluirá desde la desaparición total de las retenciones hasta un calendario de heladas con fecha fija y también, por qué no, cosas que casi rozan lo imposible, como que DIOS, en su magnificencia, disponga algunas mejoras en los misérrimos salarios que percibe la “querida peonada”, como se la calificó en el último acto de rutas 9 y 191. Esto último es, quizás, lo más difícil de todo pero, al estar DIOS de por medio, por ahí se da, que se yo.
Pero dejemos de lado lo sectorial y pensemos en todos nosotros. Sería descabellado pensar en adoptar, comprar el pase o, incluso, secuestrar al pergaminense y traerlo para acá. Con Pelourson (y sus contactos, por supuesto) en San Pedro se podrían lograr cosas maravillosas.
Se imaginan a DIOS haciendo cumplir las promesas de campaña, o diciendo cuánto costó la plaza y la peatonal (esto solo EL, en su grandeza, lo sabe), cumpliéndole el sueño de la “zona franca” a Caoduro, o haciendo juntar a “Los Iracundos” de nuevo pero con Lito Carro.
Te invito, lector de este blog, a que me ayudes por si Pelourson viene y se radica aquí, a sumar los pedidos qué podríamos hacerle por un San Pedro mejor.
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