Higgins nació hace 37 años en Jamaica. Su padre fue un ex jefe de la policía y su madre tenía tiendas de belleza, donde él trabajó en su juventud. "Parte de la plata que hoy tengo ha estado en mi familia por generaciones", dice. A los 11 años empezó su primer negocio cortando el pasto a los vecinos; a partir de los 20 trabajó en compañías discográficas hasta que creó la propia: Higgins Warner.
En Internet su nombre recién figura vinculado a lo que fue su siguiente emprendimiento, Max Higgins Warner Fashion Rock, un reality show en Jamaica con estrellas de rock y modelos. Después fue el turno de la Argentina.
(Diario La Nación)
Emile Maxim St. Patrick Higgins, DNI 94.141.255 está casado en primeras nupcias con Sandra Zapata De Higgins, que según el sitio de su empresa Higgins Warner Corporation, es la "Board Director for Higgins Warner Group World Wide and Walt Disney Mundo S.A of Argentina".
El número de CUIT (20-94141255-7) indica que el hombre está libre de deudas (pueden verificarlo desde sus celulares Personal. Van al menú interactivo -> FINANZAS -> RIESGOS). Sino pueden entrar a www.bcra.gov.ar y verificar su situación patrimonial. ¿Una persona con tanto dinero, no debería tener por lo menos deudas de su tarjeta de crédito?
(Blog Aikawa)
Su debut mediático - paradójicamente - fue sin aparecer físicamente en los medios: en agosto de este año la División Sustracción de Automotores de la Policía Federal halló en el subsuelo de un edificio situado en la calle Encarnación Ezcurra al 400 de Puerto Madero, en Capital Federal, un auto de lujo Lamborghini Diablo modelo 1989 buscado desde hacia 6 meses.
El dueño del mismo era el representante de Lamborghini en Argentina, quien se lo cedió a Higgins en comodato. Cumplido el plazo, y ante la falta de devolución del rodado valuado en U$S 350.000, su propietario hizo la denuncia que recayó en el Juzgado de Instrucción número 26.
¿Para qué había alquilado el auto Higgins? Muchos no terminaron de entenderlo, pero aseguran que el jamaiquino había prometido como premio al joven que ganara su "reality show" deportivo un suculento premio en dólares y el citado auto. Obviamente esto último - cuanto menos - no era real. Su "reality show" se denomina "World Football Idol" (ídolo mundial de fútbol) y a semejanza de un programa similar realizado por la productora argentina Cuatro Cabezas busca consagrar luego de varias etapas al joven futbolista más habilidoso del mundo.
La primera etapa de este concurso se realizó el 12 de mayo de este año en Mar del Plata, en el estadio Mundialista de fútbol. Se estima que Higgins gastó $ 65.000 sólo en el alquiler del estadio con capacidad para 42.000 espectadores y terminaron asistiendo 300.
Se montó un escenario como para la presentación de una mega banda internacional, y terminaron tocando grupos argentinos haciendo tributos a otras bandas. La competencia de los jóvenes futbolistas arrancó varias horas más tarde de lo convenido, terminando la misma entrada la noche. Cuando al otro día los marplatenses leyeron en el diario local el resultado empezaron a desconfiar del evento: se veía una foto de Higgins consagrando al mejor juvenil pero con luz... solar, a pleno día.
La segunda etapa tuvo lugar el 28 de julio en el estadio Mundialista de Mar del Plata. A pesar de tener como animadores a Diego Maradona y Sergio Goycochea, y los recitales de Gloria Gaynor y Sole Pastorutti asistieron gratis 4.500 personas. Cuando Higgins fue abordado por la prensa se refirió a los animadores como "Diega Marradono y Segio Gocoché", provocando risas hilarantes iguales a las de quienes lo veían saltar al lado de los ex futbolistas durante la conducción del show: parecía un pastor poseído, o un niño excitado, recubierto por un ridículo traje de emperador.
Llamaron la atención los continuos agradecimientos y loas que Maradona le dedicó toda la noche a Higgins: se sabe que si hay algo que Diego no regala a los empresarios es su desinteresada amistad.
La tercera etapa también se hizo en la denominada Ciudad Felíz el 24 de noviembre, con un concierto del conocido grupo inglés Duran Duran. Al adolescente ganador final del reality se le darían U$S 100.000 al cumplir 21 años, y U$S 20.000 para que done a la institución que elija. Torneos similares se publicitan en otros países como España y Alemania.
Max Higgins se declara dueño de Higgins Warner Group. Desde su página web anuncia varias ramas de negocios del grupo: Higgins Warner Pictures, Higgins Warner Records, etcétera. Nada tiene en relación con la estadounidense Warner Bros, al igual que luego haría con Disney el jamaiquino pega su apellido al nombre de una empresa reconocida para aprovechar beneficios de la confusión.
El terreno adquirido en San Pedro es parte de una estancia antigua llamada Antares, en el kilómetro 9 del Camino Vuelta de Obligado.
Otro detalle en teoría incongruente es la denominación de la empresa como Walt Disney Mundo SA (tributaría en Argentina) e Inc (tributaría en EE. UU.) a la vez; pero el misterio Higgins no es ingenuo: SA no describe "Sociedad Anónima", sino es un simple agregado al nombre de fantasía.
Fiel a su política comprometida con la sociedad (accionaria propia) el grupo Clarín fue el que más publicitó el caso, haciendo hincapié en lo extravagante del proyecto sampedrino. La razón de este compromiso investigativo se origina en el tendal de deudores que Higgins dejó a su paso: con motivo de la primera etapa de su reality show Higgins pagó con cheques sin fondos de cuentas de EE. UU. e Islas Vírgenes publicidad en los diarios Clarín y Olé, y en Radio Mitre.
Se conoce que a la radio y a Clarín les adeuda $ 50.000 a cada uno. Otras víctimas de sus andanzas son los propietarios del estadio Luna Park, y en el hotel 5 estrellas que paró en Buenos Aires directamente optaron por retenerle sus maletas y laptop ante la falta de pago.
Todo lo vinculado a Higgins es contradictorio. En su página web llama a invertir en su grupo a todos aquellos que posean U$S 1.000.000 prometiendo rendimientos de 20 % anual; es decir, es aún más agradecido que Argentina con la plata prestada por la causa bolivariana de Chávez. Cuando algún desprevenido llama para averiguar, estos terminan aceptando manejar montos desde U$S 5.000 con tal que le confíen dinero ajeno.
En su "reality show" futbolístico postula invertir U$S 25.000.000, y tener sponsors de primera línea como Nike, los cuales nunca se ven. A pesar de tener en esta condición al banco HSBC, y de centrar sus actividades en su oficina de Puerto Madero en Buenos Aires, Higgins indica a sus desprevenidos inversores depositar su dinero en una cuenta común del HSBC pero de la sucursal Villa del Parque situada en Cuenca 3479. Otro detalle es que declara ser propietario de su oficina 301 situada en Alicia Moreau de Justo 1150, 3° piso , cuando dicho lugar es propiedad de Madero Bussiness Center.
Al intendente lo citó por mail en el terreno adquirido, dejándolo perplejo al descender de 3 helicópteros junto a presuntos inversores de Europa y Dubai. En esa ocasión aseguró que el parque temático recaudaría U$S 20.000.000 anuales, cuando el parque EuroDisney de París recauda U$S 12.000.000 en el mismo lapso.
(Conociendo a Sir Max Higgins. Por Tomas Ryan)
“I shot the sheriff...” La música de Bob Marley y sus Wailers suena en el pasacassette del Mercedes-Benz Clase S blanco, con vidrios polarizados. No por antiguo —es modelo 1991— poco elegante, el sedán ejecutivo se convierte en oficina cuando las exigencias de sus “legitimate business” —como él los define— lo fuerzan a dejar el Primer Mundo de Puerto Madero para adentrarse en el tránsito latinoamericano de la City porteña. Max Higgins —jamaiquino, de 37 años; se presenta como “Sir”— canta a capella con el más célebre de sus connacionales: “Al around in my hometown... They’r tryin’ to track me down, yeah...”. Pero no es —al menos, que se tenga conocimiento— en la cuna del reggae donde hacen cola para buscarlo. Es que, en cuestión de meses, el emprendedor caribeño bailó a varios. Incluso, a poderosos multimedios, como el internacional imperio Disney y, nada menos, que el local Clarín.
El moreno de anillos, pulseras y collares doradas empezó a formar su club local de “no fans” con World Football Idol, una competencia con la que su empresa, humildemente bautizada Higgins Warner Group, sueña encontrar al próximo Lionel Messi. “En tres años, World Football Idol será el equivalente a un Mundial de la FIFA”, aventuró sin ruborizarse. “But once a year...”, agregó en su inglés de pocas sílabas, como si compartiera el elemento secreto de su fórmula para el oro. Pero la base de su alquimia es una suerte de American Idol de la número 5: un torneo de habilidad entre chicos, de 15 a 18 años años, a cuyo ganador se le prometen tres premios: un contrato de futbolista profesional, un millón de dólares en efectivo y una Lamborghini Diabolo, uno de los más lujosos autos deportivos del planeta, con un valor de u$s 350.000.
Con fechas anunciadas en Berlín, Roma y Madrid, World Football Idol, hasta ahora, tuvo sus dos primeras ediciones en el estadio mundialista José María Minella, de Mar del Plata. El lanzamiento en la Feliz fue a toda fiesta: desfile de modelos, actuaciones de Los Nocheros, Soledad y la leyenda disco Gloria Gaynor, la conducción de Sergio Goycochea y la presencia del propio Diego, como para legitimar esa búsqueda de su heredero con algunos destellos de su zurda. Para la fase final, que se realizará en noviembre, se anuncia la presencia en vivo de Duran-Duran.
Pero ese show de luces y fútbol —celebrado el 28 de julio— tuvo dos ensayos. Uno, programado para abril, se suspendió sobre la hora, tras algún desacuerdo con la policía marplatense. El blog futbolero La Redó! (www.la-redo.net) ofrece una crónica del segundo.
“Ya de movida había algo que no andaba bien”, encabeza su enviado especial a MDQ. Narra que el evento arrancó con una demora de módicas cuatro horas. “Sí, todo comenzó después de las 6 de la tarde, cuando la noche ya caía por la ciudad. Entre partiditos de 3 vs. 3 en canchas diminutas diseminadas por todo el terreno de juego, fueron apareciendo paralelamente otros atractivos artísticos, como los anunciados recitales de las bandas tributo (armaron un escenario como para Metallica) y un inusual desfile donde le garpaban $ 150 a cada modelo. Exagerado si se tiene en cuenta que el público presente estaba conformado por un puñado de pibes con esperanzas de triunfar, tres policías, muchas gente con credencial haciéndose la que laburaba, y el grosso de Max Higgins enfundado en un traje de guerrero. Postal triste”, describe el corresponsal.
El cronista refiere que, cansado de esperar, se retiró del estadio sin conocer a la ganadora promesa de crack. “Grande fue su sorpresa a la mañana siguiente cuando, leyendo el diario local, comprendió que todo era una farsa —dimensiona su desilusión—. El recuadro en la contratapa del suplemento deportivo, ya vendido de antemano, mostraba al grandioso Max con un supuesto ganador en el estacionamiento del Minella. Eso sí, para hacerla completa, olvidaron cuidar la escenografía. La luz solar de fondo puso en evidencia el fraude. ¡El concurso terminó a la medianoche, ladrón!”.
“Primero tengo que mostrar que esto existe y es en serio”, había sido la proclama de Sir Max, previa a la presentación de su idea.
Higgins prometió un desembolso de u$s 25 millones en su cambalache de famosos y picaditos juveniles. Declaró haber puesto u$s 1,5 millón de su bolsillo. El resto, aportes de sponsors como Nike y el HSBC (de más está aclarar la ausencia de ambos logos en WFI). Además, planea recaudar u$s 5/6 millones por la venta de derechos de televisión y la comercialización de DVDs a escala global. Por ahora, ninguna cadena se desvela por transmitir el evento deportivo que, según su mentor, superará en magnitud a la Fórmula 1 y los Juegos Olímpicos. Pero este intuitivo hombre de negocios —animal rápido para adaptarse a su entorno— encontró una forma más argentina que jamaiquina para recuperar su inversión.
A lo mejor, pensó que, en un país donde el Congreso aplaude a un presidente que declara un default y otro se venagloria de haberle metido una quita del 75% a sus acreedores e ignorar a quienes aún debe u$s 30.000 millones, nadie le recriminaría dejar su camino regado de pagarés y cheques rechazados, al mejor estilo Hansel y Gretel.
Por caso, los abogados del grupo Clarín los coleccionan. No por algún extraño fetichismo por los documentos contables, sino porque constituyen la prueba de la demanda penal que le iniciaron. Parece que compró los imponentes avisos con los que dio a conocer su World Football Idol en Clarín, Olé y Radio Mitre, con cheques cuyo único respaldo son una cuenta que lleva años cerrada en Estados Unidos y otra, de dudoso crédito, en las Islas Vírgenes. La deuda con la AM rondaría los $ 50.000, monto similar al que acumularía el Gran Diario Argentino. “Ya arreglé todo con el Señor Magnetto”, la hábil evasiva con la que Higgins repelió durante un buen rato a sus acreedores, cuando empezaban a sospechar que su firma tenía menos valor que un patacón.
Es probable que el jamaiquino ignorara que sobran los dedos de una mano para contar cuántos mortales tienen acceso al inexpugnable centro de poder del multimedio. Pero lo seguro es que sus cobradores, sí. A ninguno, además, sorprendió que el ahora buscado —los tentáculos legales del grupo le siguen cada paso, incluso, más allá de Ezeiza— prometiera pagar la publicidad con cheques al contado, cuando el resto de los anunciantes suele hacerlo con pagos diferidos. Parafraseando el lema de Clarín, un “toque de atención” que nadie percibió para la “solución argentina” a un problema casi argentino.
Suerte similar corrieron en el Luna Park. A los herederos de Lectoure les encantaría rendir tributo al gran Tito y boxearlo, después de que el contendiente caribeño repitió el modus operandi para alquilar el Palacio de los Deportes.
Donde sí accionaron fue en el cinco estrellas en el que le retuvieron la notebook por falta de pago. Pero quienes realmente cortaron por lo sano fueron los representantes locales de Lamborghini. El encantador de serpientes los sedujo para que entraran al canasto. Llegó a presentarlos como sus socios. Además de algunos fajos de billetes, aportarían el lujoso deportivo que se regalaría al futuro ídolo mundial de fútbol, ya que, sentenció Sir Max, “si eres un world football idol, mereces manejar el mejor auto que haya”. Algo debió fallar, ya que el affectio societatis se esfumó como promesa de jamaiquino. A mediados de agosto, la división Sustracción de Automotores de la Policía Federal encontró el bólido —blanco, ploteado con el verde e inconfundible logo de WFI— escondido en una cochera subterránea de Puerto Madero. En ese momento, se informó que el vehículo llevaba seis meses de búsqueda, ya que un empresario —curiosamente, también oriundo de Kingston— lo alquiló para un show deportivo en Mar del Plata y nunca lo devolvió.
(Cronista Comercial, nota “Pirata del Caribe” Juan Manuel Compte)
Maradona ingresó al Polideportivo alrededor de las 18.30, acompañado por su hija Dalma, y en el camino al sector Vip, ante la multitud de periodistas sólo expresó un "hola muchachos". Ya comenzado el espectáculo, comentó junto al relator Sebastián Vignolo los dos partidos de fútbol que jugaron los participantes. Luego de la actuación de "La Sole" y de un desfile de modelos (Pamela David incluida), llegó el turno para que los concursantes demuestren sus habilidades de forma individual. Entre ellos, varios jugadores de Cadetes de San Martín, que participaron del torneo Argentino B, compitieron: los defensores Pablo Di Bártolo (Di Bartolón para la organización, no se cansó de saludarlo a Diego) y Nahuel Ovejero, el volante Federico Gabarain (ganador del concurso), y el delantero Martín Gallego, que en una de sus habilidades se sacó la camiseta con la pelota "dormida" en su nuca, causándo el aplauso del mismísimo Maradona. Antes de que los chicos actúen en esa fase, se pasó por pantalla gigante un video del ex-capitán del seleccionado argentino en el Napoli, donde en el precalentamiento de un partido hacía malabares con la pelota.
Para el final, atendió a la prensa. "Para mí es un evento genial. Cuando me lo comentaron de inmediato acepté hacerlo. Yo creo que les doy un empujón a los chicos, algo de esperanza, y ellos se divierten. Vine con Goyco, que con él yo voy a la luna. Es el que me guía, como cuando hacíamos La noche del Diez. Por suerte la gente de Mar del Plata respondió excelentemente bien." Respecto al morocho Max Higgins (idioma español a marzo), organizador y alma máter del proyecto, expresó: "Max Higgins es un loco lindo que se atreve a descubrir nuevos jugadores, y se asoció con nosotros para ir buscando talentos en Argentina. Ojalá lo siga haciendo, como se hizo acá se podrá hacer en otras provincias. Siempre que se haga algo para la Argentina y sume, nosotros vamos a estar de acuerdo, ya se lo dijimos". Cabe mencionar que la empresa de orígen estadounidense se asoció a la productora de la ex-esposa de Maradona, Claudia Villafañe, también presente.
(Marcadeportiva.com)
En su sitio web que tiene desde hace unos días para promocionar su proyecto, Emile Maxim St. Patrick Higgins, cuenta lo que le ha planteado la empresa Disney de Orlando y cuál su apreciación al respecto.
A continuación la transcripción del texto.
“Los altos directivos de la Empresa Walt Disney de Orlando, Florida, los Estados Unidos, John E. Pepper, Junior, y su presidente Robert A. Iger, dejaron claro que dicha empresa nunca apoyarán a Max Higgins, que construye un prototipo de Walt Disney en Argentina, debido al hecho que Max Higgins tiene el apoyo de mil millones de dólares de capitales árabes incluyendo al Presidente de Kingdom Holding HRH el Príncipe Alwaleed Bin Talal quien debe ser culpado para la cantidad masiva de corrupciones en el Euro Walt Disney. Sólo si Max Higgins acepta los inversionistas del Wall Street, Walt Disney EE.UU. apoyará Walt Disney Mundo SA que está siendo construida a San Pedro, Argentina.
Basado en la discriminación seria contra el mundo árabe de altos funcionarios de la Empresa Walt Disney de Orlando, Florida, en los Estados Unidos. La compañía Walt Disney Mundo SA, quiere que el Mundo árabe sepa que no apoyamos la discriminación contra Inversionistas árabes por la Empresa Walt Disney y yo Max Higgins da la bienvenida a todos los Inversionistas árabes para venir e invertir dinero al Walt Disney Mundo SA, que está siendo construida en San Pedro, Argentina y que es manejada por el Grupo Higgins Warner con la sede en Buenos Aires, Argentina”. Firmado, Emile Maxim St. Patrick Higgins
President Walt Disney Mundo SA, Inc. San Pedro, Argentina
Uno de los inversores: El Príncipe Al - Saud
La compañía Disney, dio a conocer que uno de los inversores del parque temático es el Príncipe árabe Al- Waleed Al-Saud, precisamente el Nº 13 en el ranking de los más poderosos del mundo y que lidera Bill Gates.
Su nombre completo es Al-Waleed bin Talal bin Abdul Aziz Al-Saud (7 de marzo, 1955), más conocido como Príncipe Alwaleed, es miembro de la Familia Real Saudita, empresario e inversor internacional. Según la revista Forbes, su fortuna personal ascendía a 20.300 millones de dólares en 2007.
También es el primer comprador de un A380 para uso privado, el avión más grande del mundo. El príncipe, que según la prestigiosa revista Forbes ocupa el puesto número 13 entre los hombres más ricos del planeta, ha adquirido la versión Flying Palace del A380.
El billonario saudí, que tiene intereses en grandes cadenas hoteleras y bancos e incluso una participación en Eurodisney, ha encargado la versión VIP de la aeronave, cuyo modelo básico está valorado en más de 300 millones, y pretende llamarla el Palacio Volador.
Este modelo permite a los clientes adaptar el superjumbo «para disponer de más espacio, más comodidad y un diseño más moderno», según explicó Airbus en un comunicado.
El constructor europeo no reveló el precio del avión que ha adquirido el príncipe que, por otra parte, es el único particular dueño de un Boeing 747-400.
(blog matiaslennie.wordpress.com)
En Internet su nombre recién figura vinculado a lo que fue su siguiente emprendimiento, Max Higgins Warner Fashion Rock, un reality show en Jamaica con estrellas de rock y modelos. Después fue el turno de la Argentina.
(Diario La Nación)
Emile Maxim St. Patrick Higgins, DNI 94.141.255 está casado en primeras nupcias con Sandra Zapata De Higgins, que según el sitio de su empresa Higgins Warner Corporation, es la "Board Director for Higgins Warner Group World Wide and Walt Disney Mundo S.A of Argentina".
El número de CUIT (20-94141255-7) indica que el hombre está libre de deudas (pueden verificarlo desde sus celulares Personal. Van al menú interactivo -> FINANZAS -> RIESGOS). Sino pueden entrar a www.bcra.gov.ar y verificar su situación patrimonial. ¿Una persona con tanto dinero, no debería tener por lo menos deudas de su tarjeta de crédito?
(Blog Aikawa)
Su debut mediático - paradójicamente - fue sin aparecer físicamente en los medios: en agosto de este año la División Sustracción de Automotores de la Policía Federal halló en el subsuelo de un edificio situado en la calle Encarnación Ezcurra al 400 de Puerto Madero, en Capital Federal, un auto de lujo Lamborghini Diablo modelo 1989 buscado desde hacia 6 meses.
El dueño del mismo era el representante de Lamborghini en Argentina, quien se lo cedió a Higgins en comodato. Cumplido el plazo, y ante la falta de devolución del rodado valuado en U$S 350.000, su propietario hizo la denuncia que recayó en el Juzgado de Instrucción número 26.
¿Para qué había alquilado el auto Higgins? Muchos no terminaron de entenderlo, pero aseguran que el jamaiquino había prometido como premio al joven que ganara su "reality show" deportivo un suculento premio en dólares y el citado auto. Obviamente esto último - cuanto menos - no era real. Su "reality show" se denomina "World Football Idol" (ídolo mundial de fútbol) y a semejanza de un programa similar realizado por la productora argentina Cuatro Cabezas busca consagrar luego de varias etapas al joven futbolista más habilidoso del mundo.
La primera etapa de este concurso se realizó el 12 de mayo de este año en Mar del Plata, en el estadio Mundialista de fútbol. Se estima que Higgins gastó $ 65.000 sólo en el alquiler del estadio con capacidad para 42.000 espectadores y terminaron asistiendo 300.
Se montó un escenario como para la presentación de una mega banda internacional, y terminaron tocando grupos argentinos haciendo tributos a otras bandas. La competencia de los jóvenes futbolistas arrancó varias horas más tarde de lo convenido, terminando la misma entrada la noche. Cuando al otro día los marplatenses leyeron en el diario local el resultado empezaron a desconfiar del evento: se veía una foto de Higgins consagrando al mejor juvenil pero con luz... solar, a pleno día.
La segunda etapa tuvo lugar el 28 de julio en el estadio Mundialista de Mar del Plata. A pesar de tener como animadores a Diego Maradona y Sergio Goycochea, y los recitales de Gloria Gaynor y Sole Pastorutti asistieron gratis 4.500 personas. Cuando Higgins fue abordado por la prensa se refirió a los animadores como "Diega Marradono y Segio Gocoché", provocando risas hilarantes iguales a las de quienes lo veían saltar al lado de los ex futbolistas durante la conducción del show: parecía un pastor poseído, o un niño excitado, recubierto por un ridículo traje de emperador.
Llamaron la atención los continuos agradecimientos y loas que Maradona le dedicó toda la noche a Higgins: se sabe que si hay algo que Diego no regala a los empresarios es su desinteresada amistad.
La tercera etapa también se hizo en la denominada Ciudad Felíz el 24 de noviembre, con un concierto del conocido grupo inglés Duran Duran. Al adolescente ganador final del reality se le darían U$S 100.000 al cumplir 21 años, y U$S 20.000 para que done a la institución que elija. Torneos similares se publicitan en otros países como España y Alemania.
Max Higgins se declara dueño de Higgins Warner Group. Desde su página web anuncia varias ramas de negocios del grupo: Higgins Warner Pictures, Higgins Warner Records, etcétera. Nada tiene en relación con la estadounidense Warner Bros, al igual que luego haría con Disney el jamaiquino pega su apellido al nombre de una empresa reconocida para aprovechar beneficios de la confusión.
El terreno adquirido en San Pedro es parte de una estancia antigua llamada Antares, en el kilómetro 9 del Camino Vuelta de Obligado.
Otro detalle en teoría incongruente es la denominación de la empresa como Walt Disney Mundo SA (tributaría en Argentina) e Inc (tributaría en EE. UU.) a la vez; pero el misterio Higgins no es ingenuo: SA no describe "Sociedad Anónima", sino es un simple agregado al nombre de fantasía.
Fiel a su política comprometida con la sociedad (accionaria propia) el grupo Clarín fue el que más publicitó el caso, haciendo hincapié en lo extravagante del proyecto sampedrino. La razón de este compromiso investigativo se origina en el tendal de deudores que Higgins dejó a su paso: con motivo de la primera etapa de su reality show Higgins pagó con cheques sin fondos de cuentas de EE. UU. e Islas Vírgenes publicidad en los diarios Clarín y Olé, y en Radio Mitre.
Se conoce que a la radio y a Clarín les adeuda $ 50.000 a cada uno. Otras víctimas de sus andanzas son los propietarios del estadio Luna Park, y en el hotel 5 estrellas que paró en Buenos Aires directamente optaron por retenerle sus maletas y laptop ante la falta de pago.
Todo lo vinculado a Higgins es contradictorio. En su página web llama a invertir en su grupo a todos aquellos que posean U$S 1.000.000 prometiendo rendimientos de 20 % anual; es decir, es aún más agradecido que Argentina con la plata prestada por la causa bolivariana de Chávez. Cuando algún desprevenido llama para averiguar, estos terminan aceptando manejar montos desde U$S 5.000 con tal que le confíen dinero ajeno.
En su "reality show" futbolístico postula invertir U$S 25.000.000, y tener sponsors de primera línea como Nike, los cuales nunca se ven. A pesar de tener en esta condición al banco HSBC, y de centrar sus actividades en su oficina de Puerto Madero en Buenos Aires, Higgins indica a sus desprevenidos inversores depositar su dinero en una cuenta común del HSBC pero de la sucursal Villa del Parque situada en Cuenca 3479. Otro detalle es que declara ser propietario de su oficina 301 situada en Alicia Moreau de Justo 1150, 3° piso , cuando dicho lugar es propiedad de Madero Bussiness Center.
Al intendente lo citó por mail en el terreno adquirido, dejándolo perplejo al descender de 3 helicópteros junto a presuntos inversores de Europa y Dubai. En esa ocasión aseguró que el parque temático recaudaría U$S 20.000.000 anuales, cuando el parque EuroDisney de París recauda U$S 12.000.000 en el mismo lapso.
(Conociendo a Sir Max Higgins. Por Tomas Ryan)
“I shot the sheriff...” La música de Bob Marley y sus Wailers suena en el pasacassette del Mercedes-Benz Clase S blanco, con vidrios polarizados. No por antiguo —es modelo 1991— poco elegante, el sedán ejecutivo se convierte en oficina cuando las exigencias de sus “legitimate business” —como él los define— lo fuerzan a dejar el Primer Mundo de Puerto Madero para adentrarse en el tránsito latinoamericano de la City porteña. Max Higgins —jamaiquino, de 37 años; se presenta como “Sir”— canta a capella con el más célebre de sus connacionales: “Al around in my hometown... They’r tryin’ to track me down, yeah...”. Pero no es —al menos, que se tenga conocimiento— en la cuna del reggae donde hacen cola para buscarlo. Es que, en cuestión de meses, el emprendedor caribeño bailó a varios. Incluso, a poderosos multimedios, como el internacional imperio Disney y, nada menos, que el local Clarín.
El moreno de anillos, pulseras y collares doradas empezó a formar su club local de “no fans” con World Football Idol, una competencia con la que su empresa, humildemente bautizada Higgins Warner Group, sueña encontrar al próximo Lionel Messi. “En tres años, World Football Idol será el equivalente a un Mundial de la FIFA”, aventuró sin ruborizarse. “But once a year...”, agregó en su inglés de pocas sílabas, como si compartiera el elemento secreto de su fórmula para el oro. Pero la base de su alquimia es una suerte de American Idol de la número 5: un torneo de habilidad entre chicos, de 15 a 18 años años, a cuyo ganador se le prometen tres premios: un contrato de futbolista profesional, un millón de dólares en efectivo y una Lamborghini Diabolo, uno de los más lujosos autos deportivos del planeta, con un valor de u$s 350.000.
Con fechas anunciadas en Berlín, Roma y Madrid, World Football Idol, hasta ahora, tuvo sus dos primeras ediciones en el estadio mundialista José María Minella, de Mar del Plata. El lanzamiento en la Feliz fue a toda fiesta: desfile de modelos, actuaciones de Los Nocheros, Soledad y la leyenda disco Gloria Gaynor, la conducción de Sergio Goycochea y la presencia del propio Diego, como para legitimar esa búsqueda de su heredero con algunos destellos de su zurda. Para la fase final, que se realizará en noviembre, se anuncia la presencia en vivo de Duran-Duran.
Pero ese show de luces y fútbol —celebrado el 28 de julio— tuvo dos ensayos. Uno, programado para abril, se suspendió sobre la hora, tras algún desacuerdo con la policía marplatense. El blog futbolero La Redó! (www.la-redo.net) ofrece una crónica del segundo.
“Ya de movida había algo que no andaba bien”, encabeza su enviado especial a MDQ. Narra que el evento arrancó con una demora de módicas cuatro horas. “Sí, todo comenzó después de las 6 de la tarde, cuando la noche ya caía por la ciudad. Entre partiditos de 3 vs. 3 en canchas diminutas diseminadas por todo el terreno de juego, fueron apareciendo paralelamente otros atractivos artísticos, como los anunciados recitales de las bandas tributo (armaron un escenario como para Metallica) y un inusual desfile donde le garpaban $ 150 a cada modelo. Exagerado si se tiene en cuenta que el público presente estaba conformado por un puñado de pibes con esperanzas de triunfar, tres policías, muchas gente con credencial haciéndose la que laburaba, y el grosso de Max Higgins enfundado en un traje de guerrero. Postal triste”, describe el corresponsal.
El cronista refiere que, cansado de esperar, se retiró del estadio sin conocer a la ganadora promesa de crack. “Grande fue su sorpresa a la mañana siguiente cuando, leyendo el diario local, comprendió que todo era una farsa —dimensiona su desilusión—. El recuadro en la contratapa del suplemento deportivo, ya vendido de antemano, mostraba al grandioso Max con un supuesto ganador en el estacionamiento del Minella. Eso sí, para hacerla completa, olvidaron cuidar la escenografía. La luz solar de fondo puso en evidencia el fraude. ¡El concurso terminó a la medianoche, ladrón!”.
“Primero tengo que mostrar que esto existe y es en serio”, había sido la proclama de Sir Max, previa a la presentación de su idea.
Higgins prometió un desembolso de u$s 25 millones en su cambalache de famosos y picaditos juveniles. Declaró haber puesto u$s 1,5 millón de su bolsillo. El resto, aportes de sponsors como Nike y el HSBC (de más está aclarar la ausencia de ambos logos en WFI). Además, planea recaudar u$s 5/6 millones por la venta de derechos de televisión y la comercialización de DVDs a escala global. Por ahora, ninguna cadena se desvela por transmitir el evento deportivo que, según su mentor, superará en magnitud a la Fórmula 1 y los Juegos Olímpicos. Pero este intuitivo hombre de negocios —animal rápido para adaptarse a su entorno— encontró una forma más argentina que jamaiquina para recuperar su inversión.
A lo mejor, pensó que, en un país donde el Congreso aplaude a un presidente que declara un default y otro se venagloria de haberle metido una quita del 75% a sus acreedores e ignorar a quienes aún debe u$s 30.000 millones, nadie le recriminaría dejar su camino regado de pagarés y cheques rechazados, al mejor estilo Hansel y Gretel.
Por caso, los abogados del grupo Clarín los coleccionan. No por algún extraño fetichismo por los documentos contables, sino porque constituyen la prueba de la demanda penal que le iniciaron. Parece que compró los imponentes avisos con los que dio a conocer su World Football Idol en Clarín, Olé y Radio Mitre, con cheques cuyo único respaldo son una cuenta que lleva años cerrada en Estados Unidos y otra, de dudoso crédito, en las Islas Vírgenes. La deuda con la AM rondaría los $ 50.000, monto similar al que acumularía el Gran Diario Argentino. “Ya arreglé todo con el Señor Magnetto”, la hábil evasiva con la que Higgins repelió durante un buen rato a sus acreedores, cuando empezaban a sospechar que su firma tenía menos valor que un patacón.
Es probable que el jamaiquino ignorara que sobran los dedos de una mano para contar cuántos mortales tienen acceso al inexpugnable centro de poder del multimedio. Pero lo seguro es que sus cobradores, sí. A ninguno, además, sorprendió que el ahora buscado —los tentáculos legales del grupo le siguen cada paso, incluso, más allá de Ezeiza— prometiera pagar la publicidad con cheques al contado, cuando el resto de los anunciantes suele hacerlo con pagos diferidos. Parafraseando el lema de Clarín, un “toque de atención” que nadie percibió para la “solución argentina” a un problema casi argentino.
Suerte similar corrieron en el Luna Park. A los herederos de Lectoure les encantaría rendir tributo al gran Tito y boxearlo, después de que el contendiente caribeño repitió el modus operandi para alquilar el Palacio de los Deportes.
Donde sí accionaron fue en el cinco estrellas en el que le retuvieron la notebook por falta de pago. Pero quienes realmente cortaron por lo sano fueron los representantes locales de Lamborghini. El encantador de serpientes los sedujo para que entraran al canasto. Llegó a presentarlos como sus socios. Además de algunos fajos de billetes, aportarían el lujoso deportivo que se regalaría al futuro ídolo mundial de fútbol, ya que, sentenció Sir Max, “si eres un world football idol, mereces manejar el mejor auto que haya”. Algo debió fallar, ya que el affectio societatis se esfumó como promesa de jamaiquino. A mediados de agosto, la división Sustracción de Automotores de la Policía Federal encontró el bólido —blanco, ploteado con el verde e inconfundible logo de WFI— escondido en una cochera subterránea de Puerto Madero. En ese momento, se informó que el vehículo llevaba seis meses de búsqueda, ya que un empresario —curiosamente, también oriundo de Kingston— lo alquiló para un show deportivo en Mar del Plata y nunca lo devolvió.
(Cronista Comercial, nota “Pirata del Caribe” Juan Manuel Compte)
Maradona ingresó al Polideportivo alrededor de las 18.30, acompañado por su hija Dalma, y en el camino al sector Vip, ante la multitud de periodistas sólo expresó un "hola muchachos". Ya comenzado el espectáculo, comentó junto al relator Sebastián Vignolo los dos partidos de fútbol que jugaron los participantes. Luego de la actuación de "La Sole" y de un desfile de modelos (Pamela David incluida), llegó el turno para que los concursantes demuestren sus habilidades de forma individual. Entre ellos, varios jugadores de Cadetes de San Martín, que participaron del torneo Argentino B, compitieron: los defensores Pablo Di Bártolo (Di Bartolón para la organización, no se cansó de saludarlo a Diego) y Nahuel Ovejero, el volante Federico Gabarain (ganador del concurso), y el delantero Martín Gallego, que en una de sus habilidades se sacó la camiseta con la pelota "dormida" en su nuca, causándo el aplauso del mismísimo Maradona. Antes de que los chicos actúen en esa fase, se pasó por pantalla gigante un video del ex-capitán del seleccionado argentino en el Napoli, donde en el precalentamiento de un partido hacía malabares con la pelota.
Para el final, atendió a la prensa. "Para mí es un evento genial. Cuando me lo comentaron de inmediato acepté hacerlo. Yo creo que les doy un empujón a los chicos, algo de esperanza, y ellos se divierten. Vine con Goyco, que con él yo voy a la luna. Es el que me guía, como cuando hacíamos La noche del Diez. Por suerte la gente de Mar del Plata respondió excelentemente bien." Respecto al morocho Max Higgins (idioma español a marzo), organizador y alma máter del proyecto, expresó: "Max Higgins es un loco lindo que se atreve a descubrir nuevos jugadores, y se asoció con nosotros para ir buscando talentos en Argentina. Ojalá lo siga haciendo, como se hizo acá se podrá hacer en otras provincias. Siempre que se haga algo para la Argentina y sume, nosotros vamos a estar de acuerdo, ya se lo dijimos". Cabe mencionar que la empresa de orígen estadounidense se asoció a la productora de la ex-esposa de Maradona, Claudia Villafañe, también presente.
(Marcadeportiva.com)
En su sitio web que tiene desde hace unos días para promocionar su proyecto, Emile Maxim St. Patrick Higgins, cuenta lo que le ha planteado la empresa Disney de Orlando y cuál su apreciación al respecto.
A continuación la transcripción del texto.
“Los altos directivos de la Empresa Walt Disney de Orlando, Florida, los Estados Unidos, John E. Pepper, Junior, y su presidente Robert A. Iger, dejaron claro que dicha empresa nunca apoyarán a Max Higgins, que construye un prototipo de Walt Disney en Argentina, debido al hecho que Max Higgins tiene el apoyo de mil millones de dólares de capitales árabes incluyendo al Presidente de Kingdom Holding HRH el Príncipe Alwaleed Bin Talal quien debe ser culpado para la cantidad masiva de corrupciones en el Euro Walt Disney. Sólo si Max Higgins acepta los inversionistas del Wall Street, Walt Disney EE.UU. apoyará Walt Disney Mundo SA que está siendo construida a San Pedro, Argentina.
Basado en la discriminación seria contra el mundo árabe de altos funcionarios de la Empresa Walt Disney de Orlando, Florida, en los Estados Unidos. La compañía Walt Disney Mundo SA, quiere que el Mundo árabe sepa que no apoyamos la discriminación contra Inversionistas árabes por la Empresa Walt Disney y yo Max Higgins da la bienvenida a todos los Inversionistas árabes para venir e invertir dinero al Walt Disney Mundo SA, que está siendo construida en San Pedro, Argentina y que es manejada por el Grupo Higgins Warner con la sede en Buenos Aires, Argentina”. Firmado, Emile Maxim St. Patrick Higgins
President Walt Disney Mundo SA, Inc. San Pedro, Argentina
Uno de los inversores: El Príncipe Al - Saud
La compañía Disney, dio a conocer que uno de los inversores del parque temático es el Príncipe árabe Al- Waleed Al-Saud, precisamente el Nº 13 en el ranking de los más poderosos del mundo y que lidera Bill Gates.
Su nombre completo es Al-Waleed bin Talal bin Abdul Aziz Al-Saud (7 de marzo, 1955), más conocido como Príncipe Alwaleed, es miembro de la Familia Real Saudita, empresario e inversor internacional. Según la revista Forbes, su fortuna personal ascendía a 20.300 millones de dólares en 2007.
También es el primer comprador de un A380 para uso privado, el avión más grande del mundo. El príncipe, que según la prestigiosa revista Forbes ocupa el puesto número 13 entre los hombres más ricos del planeta, ha adquirido la versión Flying Palace del A380.
El billonario saudí, que tiene intereses en grandes cadenas hoteleras y bancos e incluso una participación en Eurodisney, ha encargado la versión VIP de la aeronave, cuyo modelo básico está valorado en más de 300 millones, y pretende llamarla el Palacio Volador.
Este modelo permite a los clientes adaptar el superjumbo «para disponer de más espacio, más comodidad y un diseño más moderno», según explicó Airbus en un comunicado.
El constructor europeo no reveló el precio del avión que ha adquirido el príncipe que, por otra parte, es el único particular dueño de un Boeing 747-400.
(blog matiaslennie.wordpress.com)
Comentarios