Formas de hacer política (por Eduardo Campos)

Esos grandes galpones de material existentes sobre la barranca, a la altura del puerto local, no es lo único que ha quedado del trunco proyecto de los FFCC económicos de Eduardo Depietri.
El empresario también dejó a San Pedro toda una línea de paraísos sobre calle San Martín que va desde las instalaciones mencionadas hasta el cementerio.
Existe una leyenda en la gente que habita ese sector de la ciudad, que indica que se eligió a los paraísos porque el deseo último de todo aquel que realiza el viaje sin regreso por San Martín es, justamente, ir al “paraíso”.
De ahí que causó un profundo malestar en ellos la imprevista tala de dos cuadras de árboles ocurrida entre el 20 y 21 de junio pasados.
Según algunos vecinos con los que pude dialogar, esta tarea fue realizada por una persona del barrio, con la anuencia de funcionarios municipales, para que comercializara la madera.
Aparentemente se trataría de un puntero del partido gobernante y el permiso concedido sirvió para pagar una deuda por los servicios prestados por éste durante las elecciones pasadas.
Lo que sucede es que la condición impuesta fue la de sacar los tacos remanentes y plantar nuevos árboles de reemplazo, cosa que nunca ocurrió.
Poco después pude confirmar, a través de la palabra de dos funcionarios de la administración municipal que, efectivamente, se le había dado autorización a esta persona para que talara esas dos cuadras de paraísos.
Hoy los vecinos quieren esos árboles nuevamente. La realidad marca que quien los taló no los va a reponer, por lo que en algún momento deberá ir el municipio a sacar las raíces y colocar plantas nuevas. El costo, por supuesto, saldrá de su bolsillo señor ciudadano contribuyente.
Este es un capítulo más de lo que ocurre con el (hoy más que nunca) castigado arbolado urbano de San Pedro. El precio de la leña ha hecho que ni estos árboles se salven de la misma suerte que corren los que bordean cualquier camino rural, talados sin descanso por los ladrones de leña, cebados porque saben que nadie les dirá nada.
Como valor agregado queda un ejemplo más de cómo se hace política en San Pedro.

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