Por Alicia Farina, columnista invitada
El tema de las protesta de dueños de campos y productores agrarios merece, más allá de la adhesión o repudio a la medida , un análisis desde el uso del lenguaje que hacen los Medios y los protagonistas de la protesta. Por honestidad y sinceridad ideológica, quiero aclarar que no acuerdo con la medida porque los reclamos se centran en una postura exclusivamente individualista, que desconoce el contrato social que debe regir una sociedad democrática y representativa (modelo, por otra parte, al que muchos de los participantes no adhieren).
Pero, como ya he expresado antes, no se trata de una crítica social y económica sino del análisis del “disfraz” o apropiación de ciertas palabras para cargarlas de otros significados, o del rechazo de otras para no nombrar las cosas por su nombre porque son términos “demonizados” por el mismo sector que hoy elige métodos de lucha “robados” a los pobres y a los desocupados.
La expresión “huelga del campo” es totalmente inadecuada para describir lo que está ocurriendo. En primer lugar porque , mal que les pese a quienes la usan, el campo no está “parado”, que es lo que significa este término: los peones o empleados de los campos siguen atendiendo a los animales, las cosechas se siguen levantando, las vacas se siguen ordeñando y quienes dicen “estar de paro”- los patrones- son los que no “trabajan”. No se arriesga nada, cosa que sí pasa con los trabajadores cuando hacen huelga, quienes , como mínimo, ponen en riesgo su salario. Cuando se trata de este tipo de medidas, se protesta ante un empleador. Aquí, los que dicen parar, no tienen patrón. Por lo tanto esto es un “lockout patronal”. Ha habido, en consecuencia, una apropiación de una terminología que siempre impacta favorablemente porque remite a una injusticia social.
En cambio, llamar “corte de rutas” a la obstaculización de la circulación en los caminos es una forma eufemística de dar nombre a algo que ya tiene una palabra propia , acuñada en los últimos años, y que incluye quema de cubiertas y otros objetos:” piquete”. ¿Por qué se desecha esta manera de nombrar lo que se hace? Porque este mismo sector que hoy se apropia de esta forma de protestar, ha “demonizado” el piquete; ha dicho que impide trabajar al que “quiere” trabajar, como si quienes cortaban las calles no hubieran querido hacerlo.
Y, por último, circulan otras frases, cuyo sentido profundo desconoce otras formas de trabajo que no sean la producción agraria. Si alguien dice que si el campo pierde ”pierde el país”, que “sin el campo, la Argentina no existe”¿hay que interpretar que como en la Edad Media, la tierra es la única medida que da sentido: para el Señor y gracias al Señor viven los siervos de la gleba, los artesanos, los ejércitos.?¿De nada sirve en un país los que hacen tractores, autos, camionetas, los que manufacturan las materias primas, los que curan, los que enseñan, los que investigan, los que producen energía eléctrica, los que refinan el petróleo, los que proyectan y hacen casas, los que cocinan, limpian, sirven mesas, los que transportan las riquezas, los que aplican las leyes que ordenan la sociedad y, ni que decir los que escriben, los que pintan, los que hacen música, los que filman películas y muchos, muchos más? Hace rato que el modelo agro-exportador está agotado. Sólo una idea del mundo basada en la tenencia de la tierra y su explotación- casi medioeval- puede generar dichos como los antes mencionados.
Las palabras no son solamente una forma de “decir”, son también una manera de transmitir ideas encubiertas, una manera de confundir al resto, porque las expresiones se “cargan” de ideología. Que los “Señores de la Tierra” usen los términos que deseen pero, cuidado: quienes repiten sus dichos, si lo hacen sin darse cuenta, como el común de la gente, son ingenuos; pero si lo hacen a sabiendas, como algunos dirigentes y como los Medios de Comunicación, son mal intencionados.
Pero, como ya he expresado antes, no se trata de una crítica social y económica sino del análisis del “disfraz” o apropiación de ciertas palabras para cargarlas de otros significados, o del rechazo de otras para no nombrar las cosas por su nombre porque son términos “demonizados” por el mismo sector que hoy elige métodos de lucha “robados” a los pobres y a los desocupados.
La expresión “huelga del campo” es totalmente inadecuada para describir lo que está ocurriendo. En primer lugar porque , mal que les pese a quienes la usan, el campo no está “parado”, que es lo que significa este término: los peones o empleados de los campos siguen atendiendo a los animales, las cosechas se siguen levantando, las vacas se siguen ordeñando y quienes dicen “estar de paro”- los patrones- son los que no “trabajan”. No se arriesga nada, cosa que sí pasa con los trabajadores cuando hacen huelga, quienes , como mínimo, ponen en riesgo su salario. Cuando se trata de este tipo de medidas, se protesta ante un empleador. Aquí, los que dicen parar, no tienen patrón. Por lo tanto esto es un “lockout patronal”. Ha habido, en consecuencia, una apropiación de una terminología que siempre impacta favorablemente porque remite a una injusticia social.
En cambio, llamar “corte de rutas” a la obstaculización de la circulación en los caminos es una forma eufemística de dar nombre a algo que ya tiene una palabra propia , acuñada en los últimos años, y que incluye quema de cubiertas y otros objetos:” piquete”. ¿Por qué se desecha esta manera de nombrar lo que se hace? Porque este mismo sector que hoy se apropia de esta forma de protestar, ha “demonizado” el piquete; ha dicho que impide trabajar al que “quiere” trabajar, como si quienes cortaban las calles no hubieran querido hacerlo.
Y, por último, circulan otras frases, cuyo sentido profundo desconoce otras formas de trabajo que no sean la producción agraria. Si alguien dice que si el campo pierde ”pierde el país”, que “sin el campo, la Argentina no existe”¿hay que interpretar que como en la Edad Media, la tierra es la única medida que da sentido: para el Señor y gracias al Señor viven los siervos de la gleba, los artesanos, los ejércitos.?¿De nada sirve en un país los que hacen tractores, autos, camionetas, los que manufacturan las materias primas, los que curan, los que enseñan, los que investigan, los que producen energía eléctrica, los que refinan el petróleo, los que proyectan y hacen casas, los que cocinan, limpian, sirven mesas, los que transportan las riquezas, los que aplican las leyes que ordenan la sociedad y, ni que decir los que escriben, los que pintan, los que hacen música, los que filman películas y muchos, muchos más? Hace rato que el modelo agro-exportador está agotado. Sólo una idea del mundo basada en la tenencia de la tierra y su explotación- casi medioeval- puede generar dichos como los antes mencionados.
Las palabras no son solamente una forma de “decir”, son también una manera de transmitir ideas encubiertas, una manera de confundir al resto, porque las expresiones se “cargan” de ideología. Que los “Señores de la Tierra” usen los términos que deseen pero, cuidado: quienes repiten sus dichos, si lo hacen sin darse cuenta, como el común de la gente, son ingenuos; pero si lo hacen a sabiendas, como algunos dirigentes y como los Medios de Comunicación, son mal intencionados.
Comentarios
Gabriel y Felicitas
Gracias Gabriel por la info!!!!...Rosario.
Mi aprecio.
Gustavo.
alicia ANDA A CAGAR!!!!!
MINORIA MINUSCULA!!!!