¿No era la mentira la verdad cuando se agitaban las banderas de la patria en el mundial del 78 y se ocultaba con ello los muertos, los desaparecidos, los torturados, los niños robados?
¿No era la mentira la verdad cuando las radios y la televisión decían que estábamos ganando en las Malvinas y en realidad se marchaba a la derrota?
¿No era la mentira la verdad cuando se aplaudía a Menem mientras decía:”Si hubiera dicho qué iba a hacer, nadie me votaba”?
¿No era la mentira la verdad llamar Ley de “Solidaridad Previsional” a aquella que Cavallo hizo votar en el Congreso, quitando beneficios como la movilidad de las jubilaciones?
¿No era la mentira la verdad cuando Adelina prometía un mundo de propietarios y no de proletarios?
¿No era la mentira la verdad cuando Barrionuevo consideraba “normal” decir que todo se solucionaba con dejar de robar dos años y que nadie hacía la plata trabajando?
¿No es la mentira la verdad cuando Patricia Bullrich se muestra preocupada por las retenciones al campo y mientras era Ministro de Trabajo se bajó el 13% a los jubilados y a los empleados públicos?
¿No es la mentira la verdad llamar “autoritario” a un gobierno que permitió la protesta sin reprimir?
¿No es la mentira la verdad que una corporación que demuestra su autoritarismo cortando las rutas del país, se auto-erija en dueña de la patria?
¿No es la mentira la verdad considerar como conducta casi heroica el voto de Cobos en contra de lo enviado al Congreso por el Ejecutivo, cuando en realidad es un acto de traición a la Constitución ya que el Vicepresidente no está en la Presidencia del Senado a título personal sino en nombre y representación del Ejecutivo?
¿No es la mentira la verdad considerar una conducta acomodaticia como si fuera una forma de ética comparable a la del General San Martín travirtiendo el retrato más famoso del héroe con la cara del mendocino Cobos?
¿No es la mentira la verdad que los productores chicos celebren al lado de la Sociedad Rural la derogación del decreto 125 y sus modificaciones, cuando cerca de 49.000 de ellos pierden con esto un 5% de lo que hubieran recibido y, en el caso de muchos otros, también el flete, mientras sólo otros 4.500 pasarán a pagar el 35% en vez del 46% que les hubiera correspondido?
¿No es la mentira la verdad utilizar la Virgen para defender el bolsillo?
¿No es la mentira la verdad considerar de poca validez un acto si de él participan militantes políticos?
¿No es la mentira la verdad hacer creer que detrás de las protestas no hay proyectos políticos no explicitados?
¿No es la mentira la verdad esconder 1.000.000 de peones rurales que ganan $1.000 por mes; quién les mete la mano en el bolsillo a ellos?
Entonces, habrá que pensar de quién ha sido patrimonio la mentira; quiénes han hecho uso de ella a lo largo del tiempo para lograr la adhesión de muchos que, en breve comprenderán junto a quiénes estaban alineados.
¿Qué ha pasado en la Argentina para que la mentira se instale como verdad?
Terrible que muchos argentinos abracen la mentira como un valor positivo.
¿No era la mentira la verdad cuando las radios y la televisión decían que estábamos ganando en las Malvinas y en realidad se marchaba a la derrota?
¿No era la mentira la verdad cuando se aplaudía a Menem mientras decía:”Si hubiera dicho qué iba a hacer, nadie me votaba”?
¿No era la mentira la verdad llamar Ley de “Solidaridad Previsional” a aquella que Cavallo hizo votar en el Congreso, quitando beneficios como la movilidad de las jubilaciones?
¿No era la mentira la verdad cuando Adelina prometía un mundo de propietarios y no de proletarios?
¿No era la mentira la verdad cuando Barrionuevo consideraba “normal” decir que todo se solucionaba con dejar de robar dos años y que nadie hacía la plata trabajando?
¿No es la mentira la verdad cuando Patricia Bullrich se muestra preocupada por las retenciones al campo y mientras era Ministro de Trabajo se bajó el 13% a los jubilados y a los empleados públicos?
¿No es la mentira la verdad llamar “autoritario” a un gobierno que permitió la protesta sin reprimir?
¿No es la mentira la verdad que una corporación que demuestra su autoritarismo cortando las rutas del país, se auto-erija en dueña de la patria?
¿No es la mentira la verdad considerar como conducta casi heroica el voto de Cobos en contra de lo enviado al Congreso por el Ejecutivo, cuando en realidad es un acto de traición a la Constitución ya que el Vicepresidente no está en la Presidencia del Senado a título personal sino en nombre y representación del Ejecutivo?
¿No es la mentira la verdad considerar una conducta acomodaticia como si fuera una forma de ética comparable a la del General San Martín travirtiendo el retrato más famoso del héroe con la cara del mendocino Cobos?
¿No es la mentira la verdad que los productores chicos celebren al lado de la Sociedad Rural la derogación del decreto 125 y sus modificaciones, cuando cerca de 49.000 de ellos pierden con esto un 5% de lo que hubieran recibido y, en el caso de muchos otros, también el flete, mientras sólo otros 4.500 pasarán a pagar el 35% en vez del 46% que les hubiera correspondido?
¿No es la mentira la verdad utilizar la Virgen para defender el bolsillo?
¿No es la mentira la verdad considerar de poca validez un acto si de él participan militantes políticos?
¿No es la mentira la verdad hacer creer que detrás de las protestas no hay proyectos políticos no explicitados?
¿No es la mentira la verdad esconder 1.000.000 de peones rurales que ganan $1.000 por mes; quién les mete la mano en el bolsillo a ellos?
Entonces, habrá que pensar de quién ha sido patrimonio la mentira; quiénes han hecho uso de ella a lo largo del tiempo para lograr la adhesión de muchos que, en breve comprenderán junto a quiénes estaban alineados.
¿Qué ha pasado en la Argentina para que la mentira se instale como verdad?
Terrible que muchos argentinos abracen la mentira como un valor positivo.
Alicia Farina
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