La intensa (y bienvenida) campaña por el uso de casco en motos y ciclomotores, emprendida por las autoridades y personal de inspección municipal, ha provocado en nuestras mentes la asociación de que dicho elemento protector está íntimamente vinculado al accidente, cosa que no es verdad.
El casco adquiere importancia a partir del instante en que se produce un accidente, es decir previene las consecuencias que puede llegar a tener el mismo en la humanidad de la persona comprometida, pero no produce el choque o la colisión.
Los usuarios de motos y ciclomotores patalearon al comienzo de esta campaña porque sostenían que el casco les obstaculizaba parte del campo visual y auditivo.
Puede ser que ésto sea cierto en algún caso puntual, pero los motivos de la alta tasa de accidentes en los que están involucrados este tipo de rodados tienen como causa mayor el desconocimiento casi total de las más elementales leyes de tránsito y de comportamiento social.
El casco no es el que hace pasar a un conductor con luz roja y tampoco hace transitar en contramano. El casco no acelera las motos hasta límites peligrosos ni incita al conductor a circular por la vereda. El casco no es el que sortea al resto de los vehículos por cualquier costado después de oscilar a izquierda y derecha desorientando al conductor que observa por el espejo. Finalmente el casco no es tampoco el que ocasiona el molesto ruido del escape libre.
Todos estos comportamientos, bastante salvajes algunas veces, tienen que ver con el desconocimiento total de educación vial. Me parece que es por ahí donde deberíamos buscar la madre del borrego. Creo que urge educar hoy a quienes manejan motos y ciclomotores.
Con esto no quiero señalarlos como los causantes únicos de todos los accidentes que ocurren en las calles de la ciudad. Hay muchos que son maduros y responsables en la conducción y, en ocasiones, suelen ser víctimas de automovilistas incapaces, pero el tema es que no es lo mismo sufrir un accidente en un auto que en uno de esos pequeños rodados.
Con miles de autos, camiones, motos, ciclomotores y bicicletas circulando a la vez en una ciudad es casi imposible que no se produzcan choques en algún momento, pero si desconocemos lo básico de lo básico en cuanto a educación vial, el número de éstos se elevará hasta límites alarmantes, tal como lo estamos viendo hoy en San Pedro.
El casco adquiere importancia a partir del instante en que se produce un accidente, es decir previene las consecuencias que puede llegar a tener el mismo en la humanidad de la persona comprometida, pero no produce el choque o la colisión.
Los usuarios de motos y ciclomotores patalearon al comienzo de esta campaña porque sostenían que el casco les obstaculizaba parte del campo visual y auditivo.
Puede ser que ésto sea cierto en algún caso puntual, pero los motivos de la alta tasa de accidentes en los que están involucrados este tipo de rodados tienen como causa mayor el desconocimiento casi total de las más elementales leyes de tránsito y de comportamiento social.
El casco no es el que hace pasar a un conductor con luz roja y tampoco hace transitar en contramano. El casco no acelera las motos hasta límites peligrosos ni incita al conductor a circular por la vereda. El casco no es el que sortea al resto de los vehículos por cualquier costado después de oscilar a izquierda y derecha desorientando al conductor que observa por el espejo. Finalmente el casco no es tampoco el que ocasiona el molesto ruido del escape libre.
Todos estos comportamientos, bastante salvajes algunas veces, tienen que ver con el desconocimiento total de educación vial. Me parece que es por ahí donde deberíamos buscar la madre del borrego. Creo que urge educar hoy a quienes manejan motos y ciclomotores.
Con esto no quiero señalarlos como los causantes únicos de todos los accidentes que ocurren en las calles de la ciudad. Hay muchos que son maduros y responsables en la conducción y, en ocasiones, suelen ser víctimas de automovilistas incapaces, pero el tema es que no es lo mismo sufrir un accidente en un auto que en uno de esos pequeños rodados.
Con miles de autos, camiones, motos, ciclomotores y bicicletas circulando a la vez en una ciudad es casi imposible que no se produzcan choques en algún momento, pero si desconocemos lo básico de lo básico en cuanto a educación vial, el número de éstos se elevará hasta límites alarmantes, tal como lo estamos viendo hoy en San Pedro.
Comentarios
1- CONFERENCIA DE PRENSA CON PILOTO RECONOCIDO ACOMPAÑADO POR DIRIGENTES DE UN "CLUB" DE SAN PEDRO MAS INTENDENTE..Y QUE PASO???
2- LISTA DE DETALLADA DE MULTAS E INGRESOS AL HOSPITAL X ACCIDENTES. Y EL PROYECTO PARA PREVENCION DE ACCIDENTES???
3- CASCOS..INSOLITA DESICION DE QUE LOS DOMINGOS SE PERMITE NO USAR LOS MISMOS, JOYA LOS DOMINGOS VOY A ANDAR A FONDO TOTAL SE VE QUE NO HAY ACCIDENTES ESE DIA,JOYA...MADE IN SAN PEDRO
SALUDOS,ALEJANDRO.