Gringos tras nuestros escudos (por Eduardo Campos)

El viernes la municipalidad de San Pedro firmó un convenio con la provincia de Puglia, Italia.
Dicho convenio permitirá, en el mundo globalizado, realizar diversos intercambios entre ambos lugares.
Pero… como el orden es el orden, primero se deberá cumplir con los convenios que han sido firmados con anterioridad por el municipio. Las Islas Baleares, Brasil, China y Uruguay están primeros.
Al comienzo fueron funcionarios de Cornelio Procopio, una ciudad de la República Federativa del Brasil, quienes firmaron un convenio de intercambio, dejando algunas cosas y llevándose un escudo de San Pedro a cambio.
Luego fue el gobernador de las Islas Baleares quien se fue de San Pedro con otro escudo del partido.
El embajador de la República Popular China vino a continuación a dejar una placa en el puerto y a llevarse, como no podía ser de otra manera, el escudo de nuestro terruño.
Después el contador Malaquina, jefe del departamento uruguayo de Soriano, quien dejó San Pedro como corresponde, con su escudo bajo el brazo.
Y, como decíamos al comienzo, el viernes llegó Giovanni Mariella, de la provincia italiana de Puglia a firmar otro convenio y, sospecho, para llevarse otro de nuestros valiosos escudos.
La carpeta conteniendo el convenio con los puglieses por estas horas ya debe haber sido cuidadosamente ubicada sobre las anteriores tratando de no levantar el polvo y, sobre todo, de no molestar a las arañas que las habitan en el Departamento de Cajoneo Municipal, una de las áreas más activas que tiene nuestra comuna.
Como nadie tiene noticia de que, alguna vez, haya existido un intercambio real de nada tras las firmas de los convenios es que estoy olfateando que el mundo ha puesto la mira sobre nuestro San Pedro con objetivos un poco más oscuros que los manifestados en el papel.
Para mi, estos tipos están buscando nuestros escudos. Se llevaron el petróleo, después los aviones, el acero, vienen por el agua y ahora, también, por nuestros escudos.
Hay que parar esta sangría. No sé como pero hay que hacerlo. El intendente Trelles ensayó algo como para que no vinieran más por acá. A cambio del tradicional banderín recibido le entregó a una autoridad balear una fotocopia en blanco y negro del escudo de San Pedro. Eso sí, delicadamente enmarcada. Pero los tipos siguieron viniendo igual.
El intendente Barbieri ha ensayado otra táctica, la de cajonear y no cumplir nada. Pero los tipos, tenaces, siguen viniendo a firmar convenios.
Esto le ha creado un grave problema a la oposición ya que, ante la carencia de un proyecto alternativo (o cosa que se le parezca), le vendría bien salir en defensa de los escudos como para tener algo para hacer campaña en junio.
Después de un intenso debate se decidió no tomar la brillante oportunidad que se les presentaba y el motivo fue que, para oponerse, deberían estar presentes en los actos. Como hace mucho que ni aportan a un acto oficial, entre aprovechar una oportunidad y romper una tradición es que han decidido renunciar a lo primero y continuar con esta política que les ha dado brillantes resultados en la última década.
Algún trasnochado pensará que es una vergüenza que dirigentes políticos de todos los partidos no estén presentes en un acto como el del viernes que, si no fuera por los cajones oficiales, hubiese sido una oportunidad interesante para muchos sampedrinos.
Pero claro, ir al acto de los tanos o participar del cumpleaños de Río Tala y mostrarle a la gente que ellos también estaban presentes y les importaba la localidad, por ahí les traía mala suerte y les cortaba la racha triunfal en el camino al poder que llevan.

Comentarios

Elsa ha dicho que…
Muy interesante el análisis final de Eduardo. Todos los dirigentes políticos que pretenden ser opositores, y no existen, entienden que su tarea es "ningunear" cualquier cosa que se haga desde el oficialismo. No entienden que un convenio de hermandad es para todos los sampedrinos, que el cumpleaños de un pueblo es de los habitantes del mismo, y que seguirán perdiendo las elecciones con esa forma de ver las cosas.