No son detalles menores (por Eduardo Campos)

No soy radical ni voté nunca al Dr. Alfonsín.
Estoy ubicado ideológicamente a la izquierda del desaparecido ex presidente y compartí pocas cosas de su gobierno excepción hecha, claro está, del juicio a los ex dictadores.
Pero siento que, por estas horas, está pasando de largo algo que no ha sido lo suficientemente valorizado del mandatario desaparecido ayer.
El Dr. Raúl Alfonsín, hasta el momento de su muerte, vivió de su pensión como ex presidente.
Esto no es un detalle menor y me preocupa que no se le de la importancia que tiene cuando hablamos del ejercicio de la función pública.
Él no tuvo que pasar los últimos años de su vida correteando por los tribunales, tratando de justificar bienes aparecidos de repente.
No hace mucho leí que, ante la disyuntiva que tiene el periodismo de meterse o no en la vida privada de los funcionarios públicos, el consejo es hacerlo porque la trayectoria y la moral son indicadores de lo que van a hacer en su mandato.
A nadie se le ocurriría votar al “Gordo” Valor como presidente aún cuando haya indicios de que podría llegar a ser un buen mandatario. El solo hecho de tener la vida que tuvo lo inhabilita para ello. De hecho nosotros mismos, cada vez que votamos recorremos imaginariamente la historia personal del candidato a gobernarnos.
Y la verdad es que yo no me lo imagino al Dr. Alfonsín llegando a la función pública en su Chascomús para ver si podía quedarse con un terreno fiscal, o siendo diputado para morder alguna cometa de alguna empresa multinacional, o siendo presidente para vender bienes del Estado.
Esto es lo que diferencia a un POLITICO de un SINVERGUENZA.
Creo firmemente que, a partir de sus comportamientos personales, podemos ver la integridad de las personas que aspiran a gobernarnos.
Con el Dr. Raúl Alfonsín desaparece alguien a quien yo no votaría nunca, pero ello no me nubla la mente y puedo ver que el desaparecido integra una lista no muy extensa (toda una lástima) de hombres que hicieron política honestamente.
A través de un reportaje televisivo el ministro Aníbal Fernández señaló que era algo común, en las misiones al exterior, encontrarse con jefes y ex jefes de estado de países importantes que, al finalizar los encuentros, le solicitaban: “envíele mis saludos al Dr. Alfonsín”, mostrando con ello que la integridad y el prestigio del ayer desaparecido trascendió nuestro país.
Illía y Perette, por nombrar algunos, fueron dos dirigentes del radicalismo que mostraron la misma integridad. Inclusive el último de los nombrados murió sin haber aceptado siquiera la pensión que, como ex presidente, le correspondía.
Más allá de las acciones de gobierno de una persona que puedan juzgarse como buenas o malas, las actitudes personales marcan si estamos ante un POLITICO con mayúsculas o ante un PATAN. Aunque se piense que llenar la faltriquera cuando funcionario es algo saludable, los conceptos que he querido verter indican que no se trata de detalles menores. La diferencia está en que ayer Alfonsín entró en la historia, y ese tampoco es un detalle menor.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
MUY BIEN EDUARDO.
Cabeza de Termo ha dicho que…
Yo no estaría tan seguro de que a nadie se le ocurriría votar al gordo Valor. Después de ver ganar a Menem 2 veces (3 en realidad) y a los Kirchner 2 veces (hasta el momento) tendría mis dudas o mas bien estaría seguro de lo contrario.
¿Te parece mas chorro el gordo Valor que Nestor?
Pensalo...
Además, seguramente gente como Macchia o su homónimo Chavez lo votarían y defenderían, si es que hay algo ...