Almorzando soja con Mirtha Legrand

“Las consecuencias son fáciles de advertir, excepto para la inepta y corrompida dirigencia política. Inmensos territorios vaciados de sus poblaciones rurales, cientos de pueblos en estado de extinción, cuatrocientos mil pequeños productores arruinados y muchos más endeudados con los bancos debido a la incorporación de nuevos paquetes tecnológicos con gran dependencia a insumos, semillas OGMs, herbicidas de Monsanto y carísimas maquinarias de siembra directa”.

Jorge Rulli, “Soja transgénica”

“Para sembrar soja no sólo se desmonta, en Entre Ríos, Chaco, Córdoba y otras provincias, sino que se reemplazan cultivos tradicionales, como el maíz, trigo, papa, arroz, batata, avena, lentejas, frutales (como es el caso en San Pedro, provincia de Buenos Aires), campos de pastoreo, etcétera. Todo aparece como si se hubiera planificado en forma macabra”.

Juan Yahdjian

Fue la inefable señora Mirtha Legrand quien nos indicó en su almuerzo del viernes el camino de lo que estaba sucediendo. Haciendo uso de su impunidad para opinar y preguntar, que tantas veces resulta elogiable cuando está bien utilizada, sostuvo que este país vive gracias a la soja y al turismo.
La afirmación puede inscribirse dentro del grupo de frases calificables como “materia opinable”, tomando en cuenta que salió de la boca siempre radiante de una personalidad inimputable.
El problema es que sentados a ambos lados de la mesa se encontraban el presidente de Federación Agraria y el vicepresidente de la Sociedad Rural. Y ninguno de los dos se atragantó con los fideos, sino que por el contrario saludaron la idea, casi, con entusiasmo.
En sus tumbas, Francisco Bulzani y Francisco Netri tuvieron que ser contenidos para no pegar otro Grito, que en vez de ser el de Alcorta era el de la patada de veinte burros en los genitales que la escena les generaba.
Pero Mirtha no hizo más que blanquear lo que todos piensan y pocos dicen: la soja le representó a esta nación, y en particular a este gobierno bicéfalo, lo que el 1 a 1 al menemismo. Es decir, una estabilidad ficticia para un país sin proyecto de futuro.
La gran diferencia es que en la década del noventa desaparecieron decenas de miles de pequeños productores como consecuencia de la falta de rentabilidad. Ahora los sobrevivientes de aquella masacre campesina, y las aves de rapiña que se enriquecieron a costa de los que se fundieron, tienen suculentos beneficios.

Solidaridad
Wikipedia dixit: “Solidaridad es un término muy recurrente que habitualmente se emplea para denominar la acción dadivosa o bien intencionada. Sin embargo su raíz etimológica implica un comportamiento “in-solidum”. “Ser” o “hacerse” solidario con alguien o con alguna causa, no significa dar una ayuda sino comprometerse y compartir la suerte de aquel con quien me hago solidario”.

Leche de soja
Sin eufemismos:
- El paro que recomienza este sábado no tiene que ver con los pequeños productores, ni con las economías regionales, ni con la leche que sale de la teta de la vaca, ni con el ternero que la vaca parió, sino con la rentabilidad de la soja.
- La desesperación del gobierno no está centrada únicamente en la paranoia de quienes se sienten perseguidos por neogorilas terratenientes golpistas, sino por la necesidad de recaudar para sostenerse en pie antes de que se caiga la fachada.
- Los incendios en las islas, la intoxicación masiva y los muertos en la ruta fueron originados por delincuentes millonarios, ávidos del poder y el dinero que otorgan la soja, y que cuentan con la anuencia de gobernantes de todos los niveles, y la complicidad de empresarios amigos y dirigentes que los esconden, los avalan e inventan historias para justificarlos.

Mesa servida
En este país creado y sostenido por sus divisiones por mitades, es el tiempo de estar con el campo o con el gobierno. De ser pro o contra. De jugarse de manera poco inteligente para demostrar que tengo razón y bastardear al otro porque no me la da (la razón), o de tomar una respetable distancia.
Llegará el día en que la locutora anuncie que “almuerzan hoy con la señora” los piqueteros que piden comida y los productores que piden que no les retengan, los isleños ahumados reserva 1998 y los porteños que se quejan por una ceniza, los camioneros de Moyano y los empresarios areneros que sacan sus camiones con 15 toneladas de más, los que hacen campañas y los que no acompañan, los algodoneros y los durazneros, los gorilas de izquierda y los gorilas de derecha, los que se hacen los progresistas y los que progresan a costa de todos…
Comerán choripán de soja con la mano, y se engrasarán con transgénicos, mientras levantan la copa de Ades para festejar por el nuevo país.

Gabriel Stringhini